Especialistas en marketing para restaurantes, branding y redes sociales

Estudios recientes muestran que la actividad gastronómica es sumamente relevante en aquellas áreas donde se desarrolla la mayor parte de las actividades económicas y financieras en el PBI total del país. Esto significa que en las provincias más importantes, económicamente hablando, como la Capital Federal, Córdoba y Santa Fe, la actividad gastronómica representa más del 70% de la actividad.

Dato más que alentador y que nos lleva a hacernos la siguiente pregunta:

¿Quién nunca soñó alguna vez con tener su negocio propio?

Ser su propio jefe y poder montar y deshacer a gusto y placer.

En la última década hubo una gran camada de jóvenes emprendedores, algunos profesionales de la cocina y otros simplemente entusiastas del buen comer y beber, pero en ambos casos, con muchas ganas y energías para crear algo nuevo y distinto. Y en ésta última palabra nos vamos a detener para empezar a desarrollar nuestra nota.

Cuando hablamos de que algo es distinto, se supone que es algo novedoso. Pero en un segmento donde la comida se volvió un commodity es cada vez más difícil sobresalir del resto. Por eso muchos de los negocios que fueron abiertos en los últimos años tuvieron su pico máximo de popularidad durante los primeros meses, luego entraron en una meseta y hoy se mantienen con un público que es habitual y gente de paso que va y viene entre ese local y otros, según haya lugar o no.

Pero hubo casos donde los negocios pasaron de ser de “ese nuevo local que abrió” a transformarse en varias sucursales o hasta incluso franquicias.

¿Y cómo pudo ser posible ésto?

Para empezar hay varios factores y acá trataremos los principales:

Primero:

Entender que la comida es un commodity.

Si abrimos un local de Fast Food, donde vamos a vender hamburguesas, por más que sean caseras y le pongamos nombres creativos y hagamos un maridaje con cerveza, sabemos que no estamos inventando nada. La diferencia debe pasar por otro lado.

Foto por Dana Tentis

Segundo

Diferenciarse con estilo.

Todos podemos lograr tener una buena cocina y que nuestros comensales estén satisfechos a la hora de comer, pero la diferencia que va a hacer que vuelvan a elegirnos, también reside en nuestro lugar y en qué otra cosa tenemos para ofrecer a demás de la comida.

Daremos por sentado que la atención al cliente es buena y nos enfocaremos en lo físico del local o espacio que tengamos.

Debemos lograr tener un local que tenga una impronta propia. Que se diferencie de los demás desde su construcción, si es que podemos contar con un arquitecto, o bien podemos darle nuestro toque con un decoración de interiores que también lo haga único. El local debe transformarse en una experiencia. Que la gente vaya, se tome fotos en el local y se sienta parte de algo nuevo y exclusivo, es una señal de éxito.

Tercero

Diseño a servicio del cliente.

Una vez que tengamos el local armado, debemos ocuparnos de los elementos que componen nuestro local, como ser el menú, los carteles, servilletas, etc. Un diseño para las cartas. No hace falta que sea una biblia (llena de texto). Y si tenemos muchas cosas para mostrar, ordenarlo en niveles y colores. Para que el cliente no se sienta saturado por tanta información.

Fotografías profesionales para mostrar nuestros platos y tragos, enmarcadas en nuestro local, que ya tiene un estilo único, ayudarán a que nuestro emprendimiento dé que hablar.

 

 

Foto por @gitfo

Cuarto.

Redes sociales para consolidarnos y exportar la idea al mundo.

Siguiendo todos los pasos anteriores haremos ruido en el mercado y el barrio donde hayamos abierto nuestras puertas. Pero si queremos consolidarnos y luego dar el siguiente paso, como abrir una sucursal o bien vender una franquicia, primero debemos tener una imagen fuerte en las redes sociales y en eso también nos ayudarán nuestros clientes. Seremos un local “instagrameable” y que se puede “historificar” más allá de nuestro menú, la gente irá porque “el lugar tiene onda” y quiere compartirlo con sus amigos.

Nosotros debemos impulsar esas costumbres subiendo fotos y videos de alta calidad, creando hashtags, realizando guiños constantes al público  a través de posteos que pueden ser diarios o día por medio. Pero siempre siguiendo una línea y una estética. Una estética que despertará la curiosidad de nuevos clientes, no sólo de nuestra área de influencia sino que también de otros lares y es ahí cuando podemos dar el siguiente paso. Porque nosotros ya vamos a estar consolidados como marca y como “local de experiencia” haciendo que nuestra marca se vuelva en algo aspiracional y famosa, sin resignar exclusividad.

Si soñaste con abrir tu propio local y pudiste lograrlo. ¿Por qué no pensar en que una vez que estés consolidado en el mercado, podrás franquiciar tu marca?

Foto por @ninjason